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Cita de la semana
No es necesario apresurarse. No es necesario brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo. El instinto, más que la razón, acudió en mi ayuda: era un bedel; yo era una mujer. Esto era el césped; allí estaba el sendero. No había necesidad de decir nada. No había necesidad de hacer nada. No había necesidad de ser brillante. No había necesidad de ser nadie más que uno mismo. Así que me senté en el césped y me quedé mirando al sendero.